La ansiedad de hacer lo que realmente quiero, no me deja avanzar.

Sé que no soy el único en esta situación, montones de ideas, montones de proyectos iniciados, muchos otros sin comenzar, pero muy poca conclusión. Por ejemplo desde los quince años he intentado una y otra vez registrar mi vida en YouTube, muchos de mis amigos lo saben, lo pobres tenían que aguantar mi cámara en su cara todo el tiempo, pero nunca sucedió y probablemente nunca suceda como me lo imaginaba (al menos tengo muchísimos recuerdos en foto y video (?)).

La cosa es que siempre me pierdo en la perfección, no puedo comenzar algo sin hacer una investigación previa, un análisis de mercado, buscar el nicho perfecto, la necesidad por cubrir, ¡alcanzar la calidad óptima! Cada idea que llega me obliga a replantearme la vida, predecir el futuro, comenzar de nuevo, pero hoy me desperté y dije “A la mierda voy a hacer la primera estupidez que se me venga a la mente y no tengo idea como va a resultar”.

Así que aquí estoy, escribiendo una entrada en mi vigesimotercer mil blog, esta vez con el único pequeño objetivo de hacer eso que tanto tiempo, esfuerzo y sudor mental me ha llevado: existir.

No quiero sufrir una muerte súbita y quedarme con las ganas de haber hecho, definitivamente prefiero quedarme con los fracasos y en el mejor de los casos, con los éxitos. No puedo seguir maltratando a mi legión de libretas con ideas una y otra vez repensadas, tengo que parar y comenzar.

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